9:00 a. m.
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10:45 a. m.
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Líder Devo
Mientras leía la historia del mensaje de Dios al pueblo de Judá y al rey Joacim, sentí poco en común con un hombre que sentía un desprecio tan flagrante por la Palabra de Dios.
Lea Jeremías 36 para conocer este relato inusual.
¿Cómo podría alguien tratar la Palabra de Dios con tanta falta de respeto? ¿Cómo pudo el rey ser tan audaz como para ignorar las palabras que le dijeron directamente?
Sin embargo, mientras meditaba en esta historia durante unos días, sentí un susurro en mis propios pensamientos que me preguntaba: "¿Cuándo has dejado de lado la Palabra de Dios para ti?".
Ignoro el mandato de Dios de descansar y decido que mi lista de tareas pendientes es más importante que Sus instrucciones para mí. Repito pecados que Dios ya ha olvidado y me robo Su paz. A medida que el Espíritu de Dios obra en mí, constantemente me doy cuenta de mi propio intento de cortar las partes de Su Palabra que no me gustan.
Y, sin embargo, el plan de Dios para perdonar las malas acciones de Judá (si se apartaron de su pecado) es la misma promesa para mí. Sólo me pide que responda. La pregunta entonces es: ¿Tengo fe para acercarme a mi Padre una vez más después de haber mirado hacia adelante, impasible ante Sus palabras?
Gracias a Dios que su invitación sigue vigente. Que Él ablande mi corazón para que siempre responda a Su gracia.
?Jennifer V.Davis
Profesora de inglés y exdirectora del Ministerio Infantil
Colaborador de Wonder Ink
*Video de Wonder Ink para esta serie*
El programa de voluntarios, incluidos los voluntarios adultos y jóvenes, está disponible a continuación.
